De todas las leyes fundamentales de las relaciones saludables, el elogio es el más accesible y el más fácil de practicar, aunque pocos seres humanos lo practiquen. El poder del elogio puede ser más fuerte que el de las armas, más poderoso que el dinero, más penetrante que un bisturí. Los elogios deshicieron enemistades, reprimieron odios, evitaron suicidios, restablecieron relaciones.

Una mujer inteligente debe economizar críticas, pero jamás debería economizar elogios. La crítica excesiva reprime la espontaneidad y el elogio realza la autoestima. Sin embargo, es increíble como padres, profesores, ejecutivos y matrimonios, economizan elogios y tienen poca habilidad para elogiar. Somos óptimos en exaltar los errores, pero no las victorias.

Los elogios deberían entrar en el menú diario de su existencia. ¿Entran en su menú? ¿A quién usted elogió hoy día? ¿Cómo lo elogio? Aún personas cariñosas pueden ser miserables en elogiar.

Elogiar no es sobreproteger. Sobreproteger es colocar a los otros en una burbuja, es controlar los elementos agresores, es desprotegerlos  para la vida, sobreproteger es dar todo sin exigir nada. Elogiar es alentar su vivir, propiciar fuerzas en las dificultades, coraje en las caídas, confianza en la superación. Los padres que elogian se tornan sembradores de optimismo que le dan fuerza al dominio propio como actor principal en sus vidas. Es probable que el 90% de ellos no tengan una práctica diaria de nutrir la psiquis de sus hijos con elogios. Infelizmente siguen la ley del menor esfuerzo, dan ropas, suplen las necesidades del cuerpo, regalan computadores y celulares pero no nutren la psiquis de ellos con inteligencia.

“Gracias hijo por existir”, “Felicitaciones estuviste brillante”, “Fuiste derrotado, pero no hay problema, lo importante es que lo intentaste, estoy orgullosa de ti”, “Anda, tú vas a conseguirlo”, “Gracias por tu gentileza y cariño”, son pequeñas frases que penetran en la mente de quien amamos y nos vuelven inolvidables. ¿Tú eres un educador inolvidable, o apenas cumples los papeles burocráticos de la educación? Padres que no saben elogiar, no enseñan a sus hijos el arte de agradecer, ¡no reclame por ellos, revise su actitud!

Grandes romances terminaron en crisis, porque en vez de sazonar la relación con elogios, la sazonaron con roces, críticas, reacciones estúpidas. Delante de un pastor, millones de parejas prometen que en la salud y en la enfermedad, en el éxito y en el fracaso, en la riqueza y en la pobreza se amaran. Prometen y no cumplen, pues no saben que la emoción no recibe órdenes del yo, ese yo apenas la administra y la protege. El sexo saludable placentero, regado con entrega y afecto es muy importante, pero el sexo por sí solo, no une a una pareja. Pasear, viajar, salir de vacaciones juntos es bueno, pero el turismo no une, ni  mantiene una relación. Comprar regalos, casas, departamentos, autos, puede ser agradable, sin embargo, el dinero no es suficiente para mantener una relación a no ser por conveniencia. Todos esos elementos son importantes pero lo fundamental es sorprender a quien amamos con frecuentes elogios, abrazos, con un hombro amigo, con diálogos serenos. Una casa simple puede ser mucho más agradable, dependiendo de su contenido, que un gran palacio.

Elogiar cada gesto, un abrazo, una palabra amiga, el sabor de la comida, es fundamental. La presencia de los elogios relaja, realza el sabor del sexo, de las flores, de los regalos, de los paseos. La ausencia estresa, reduce el sabor de la vida. Un esposo se vuelve admirable no cuando da el mundo de afuera para su amada, sino cuando da su propio mundo para ella y viceversa.

¿Por qué los dolores, las perdidas, las traiciones, las frustraciones se vuelven inolvidables? Porque el fenómeno RAM (registro automático de la memoria) archiva de manera privilegiada todo lo que tiene una alta carga emocional, creando una Ventana killer (Teoría de las Ventanas de la Memoria). Usted ya olvidó millones de experiencias emocionalmente débiles, pero no las que le imprimieron dolor. Las familias inteligentes deberían utilizar el fenómeno RAM positivamente. Deberían tener laplena conciencia de que ese sorprendente fenómeno, arma sorpresas, archiva palabras motivadoras y registra privilegiadamente notables elogios.

Hay mujeres que reclaman de sus esposos, pero todo lo que hacen sólo empeora las cosas, son especialistas para dar sermones, para que ellos se conviertan de suestupidez a la lucidez, de su radicalismo al terreno de la fertilidad. Ella debe liberarse de sus manías, de su impulsividad y desenvolver una mente autónoma, libre, relajada, capaz de impactarlo con elogios. Elogiar pequeños gestos de un hombre surcará su árido suelo emocional.Mujeres inteligentes no apuntan las locuras de su esposo, si no que elogian las actitudes lúcidas que posee: “Felicitaciones por tu respuesta inteligente”, “tú fuiste admirable”. No denuncian su insensibilidad, más exaltan las actitudes afectivas aunque sean débiles y raras: “realmente me sorprendiste”, “tú generosidad me encanto”. Si usted hace una pauta diaria, un nuevo texto podrá ser escrito.

Elogie los destellos altruistas de sus hijos y alumnos, valorice sus diminutas actitudes humanistas, aplauda cualquier actitud que promueva el dialogo y no la agresión, es posible que así vea el nacimiento de la generosidad en el terreno inhóspito de la insensibilidad, una profesora que conoce de la Teoría de las Ventanas de la Memoria, puede revolucionar el microcosmos de su sala de clases.

Hay intelectuales toscos, groseros y atados, jamás elogian, a su círculo íntimo, sus pares y sus alumnos. Desconocen el alfabeto de la emoción y no saben que el poder del elogio aproxima mundos, cruza historias, disminuye intrigas, alivia traumas, construye puentes, allana relaciones difíciles. Una persona madura es capaz de no sólo elogiar a quien ama, sino a todas las personas que de alguna forma le sirven. Quien no es capaz de elogiar al portero, al garzón, al cocinero, al que hace el aseo, no es digno de ser servido por ellos. Hay personas tan pobres que sólo tienen dinero, hay personas tan incultas que solo tienen cultura académica.

Los elogios nutren la emoción, fomentan el coraje e inspiran la motivación.

Augusto Cury
Médico Psiquiatra
Psicoterapeuta, científico y escritor
Fuente mchp.cl