Tomar decisiones es clave en la vida para llegar al éxito, para conseguir los objetivos planteados, para triunfar en la vida laboral y familiar. Cada decisión de hoy genera consecuencias en el mañana, por eso estamos obligados a tratar de elegir las mejores opciones.

Cómo elegir la mejor opción

Detente: Es preciso detenerse, reflexionar, hacer una pausa, para que la prisa no nos atropelle y el estrés no impida ver el horizonte.

Aíslate: Aislarse por momentos (no siempre) a veces es bueno, contar con un espacio propicio y relajante, sin interferencias nocivas, ayuda a decidir.

Analizá los pros y los contras: Hacer listas con pros y contras de una decisión puede ayudar. Algunos incluso utilizan tablas de decisión y otros el famoso FODA (Fortalezas-Oportunidades-Debilidades-Amenaza). Todo en aras de llegar a la mejor conclusión posible.

Escucha tu “yo interno”: Las intuiciones, las razones y las emociones tienen que ser adecuadas respecto de la decisión. Nosotros somos siempre los autores de nuestras propias  resoluciones. La intuición es tu experiencia acumulada y escuchar esa voz interior que nos dice algo con respecto a una situación o persona es muchas veces positivo.

Toma conciencia: Darse cuenta. La culpa no promueve ni el análisis ni la crítica constructiva. Asumir responsabilidades y obrar en consecuencia siempre es un paso adelante.

Valora la opinión de otros: sin que sea vinculante. Cuantos más elementos de juicio tengas, más fundamentada será la decisión. Dice el refrán que en la multitud de consejos está la sabiduría y es cierto. Obviamente que hay que pedir consejos a alguien al que le fue bien en esa área que necesitamos ser mentoreados.

Si tienes problemas matrimoniales le debes pedir consejos a una persona que tiene un matrimonio exitoso, no al que se separó 4 veces.

Si tienes problemas financieros pídele consejos a alguien al que le va bien en su economía, no al que está siempre fundido y sin un peso. 

Sentido común: El menos común de los sentidos es vital a la hora de tomar una decisión correcta. 

No tengas miedo: Si vivimos a expensas del temor, el tiempo de nuestra vida se convierte en tiempo muerto. El miedo paraliza y no tenemos que tomar o dejar de tomar decisiones basadas en el temor, sino que nuestras decisiones tienen que ser razonadas objetivamente.

Arríesgate: Quien no opta, no tiene posibilidades.

No dejes pasar el tiempo: Cada decisión tiene trascendencia por el momento en que se vive. Lo que hoy es bueno, mañana en otro contexto y otro tiempo puede no ser tan bueno. Cada decisión en el tiempo correcto.

PARABOLA – SABIDURIA

- Señor Presidente: ¿Cuál es su secreto para el éxito?
- Dos palabras.

- ¿Y cuáles son esas dos palabras, señor?
- Decisiones correctas.

- ¿Y cómo detecta usted la decisión correcta?
- Una palabra.

- ¿Y cuál es esa palabra, señor?
- Experiencia.

- ¿Y cómo obtiene usted la experiencia?
- Dos palabras.

- Ah, muy bien. ¿Y cuáles son ellas, por favor, señor?
Decisiones incorrectas.